Evaluación de máquinas de ordeño en terminos de ordeñabilidad

EVALUACION DE MAQUINAS DE ORDEÑO EN TERMINOS DE ORDEÑABILIDAD 

Jose Luís Míguez Vázquez

SERAGRO, Sociedade Cooperativa Galega

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INTRODUCCION

La evaluación de la máquina de ordeño debe constituir una parte fundamental e indispensable de un programa de calidad de leche, dada su relación con la condición de pezones y con la tasa de nuevas infecciones intramamarias. Esta evaluación debe asegurar el desarrollo de un ordeño eficiente. 

Ordeñar en condiciones de “ordeñabilidad  es colocar la unidad de ordeño de manera oportuna en pezones limpios, secos y bien estimulados para extraer la leche disponible en la  ubre en el menor tiempo posible, consiguiendo altos flujos de leche de manera continua e ininterrumpida desde el inicio del ordeño. Esto se logra con una rutina de ordeño eficaz y consistente, que asegure el reflejo de bajada de la leche y con un funcionamiento adecuado del equipo de ordeño.

Pero, ¿que entendemos por un funcionamiento adecuado de la maquina de ordeño?  Tradicionalmente, en los establos lecheros se viene realizando una inspección técnica anual acorde a los estándares de normas ISO sobre diseño y funcionamiento con caudales de aire previstos. Este testaje es necesario y útil siempre y cuando se subsanen las deficiencias encontradas, pero  resulta a las claras insuficiente ya que estas pruebas “en seco” no aseguran un ordeño eficiente. La carga de trabajo que tiene el sistema de pulsación en muchas explotaciones y su directa relación con la condición de pezones requieren de un control más exhaustivo, ya que las normas ISO son  poco específicas y “de mínimos” en el conjunto pezonera-pezón-pulsación e inexistentes para los medidores de flujo asociados a los retiradores automáticos, elemento accesorio pero ya común en las unidades de ordeño, con gran implicación en el desarrollo de un  ordeño  eficiente.

ELECCION DEL VACIO DE TRABAJO 

Un vacío de ordeño en colector de entre 39 y 42 Kilopascales (Kps) durante el periodo de máximo flujo de leche (pico flujo) es considerado el compromiso para ordeñar vacas en condiciones de ordeñabilidad, es decir, de manera rápida, cuidadosa y completa. Un nivel de vacío  insuficiente da lugar a un incremento de resbalamientos, caídas de pezoneras, fluctuaciones de vacío y aumento del  tiempo de ordeño.

Este vacío de ordeño se logra ajustando el  vacío de trabajo en el regulador  a fin de obtener un vacío de ordeño suficiente en colector y punta de pezón. Y más que ajustarlo para cada sistema de ordeño (línea alta, media o baja),  se debe hacer para cada explotación lechera en particular. Para ello, el técnico debe realizar continuas visitas al ordeño, instaurar una rutina efectiva, comprobar su ejecución y desarrollo, los tiempos de ordeño y la condición de pezones. Solo de esta manera, las mediciones en tiempo de ordeño son el procedimiento adecuado para determinar la producción y regulación de vacío de cualquier máquina de ordeño bajo sus condiciones de uso. Estas pruebas consisten en el registro de los niveles de vacío y sus fluctuaciones  en diferentes puntos durante el ordeño. El testaje dinámico se convierte así en la herramienta imprescindible para determinar la eficiencia de una máquina de ordeño y el desarrollo de un ordeño eficiente. 

EFICIENCIA DE LA UNIDAD DE ORDEÑO

Una máquina de ordeño es más eficiente cuanto más pequeña es la diferencia entre el nivel de vacío de trabajo marcado por el regulador  y el vacío de ordeño en punta de pezón en pico flujo de leche. De esta forma, las máquinas de ordeño con conducción de leche a receptor cerrada en anillo y sistema de ordeño en línea baja serían las candidatas a más eficiencia. En la mayoría de las instalaciones,  las diferencias de vacío entre regulador y receptor no suelen ser tan manifiestas como sí lo son las existentes entre la línea de leche y el colector. Así, puede que sea más interesante  hablar de los elementos que intervienen en la eficiencia de una unidad de ordeño.

Para ello habrá que tener en cuenta factores como:

-   Sistema de ordeño en línea alta, media o baja, es decir, el nivel al que está la conducción de leche en relación al ubre, o entre esta y la boquilla de entrada de leche de los depósitos medidores para los sistemas de ordeño con depósito medidor.

-   La media de los caudales máximos de leche.

-   Restricciones  al paso de aire y leche hacia la conducción principal de leche debidas a accesorios situados en el tubo largo de leche, como son la existencia de medidores de flujo.

-   Boquillas de entrada a la conducción principal de leche de diámetro insuficiente.

La existencia de fluctuaciones de vacío acíclicas, sin un patrón definido, son evidenciables en el testaje dinámico de las unidades de ordeño en tiempo de ordeño. Estas, además de por resbalamiento de pezoneras,  podrían deberse a fugas en los colectores, en los tapones de cierre y anormalidades en el orificio de toma de aire del colector. Fluctuaciones de vacío cíclicas, que siguen un patrón repetitivo, se asocian con la existencia de medidores de flujo  que vierten a la conducción principal de leche a través de boquillas de entrada de leche de diámetro insuficiente.

Medidas a tomar para mejorar la capacidad de evacuación de leche son:

-   Disminuyendo, en la medida de lo posible, la altura de los medidores volumétricos en caso de que existan. Si coexisten con una retirada manual de la unidad la unidad de ordeño, en caso de sobreordeño al final del ordeño, esta medida ayudará a disminuir el efecto perjudicial de  la exposición del pezón a vacío.

-   Usando tubos largos de leche más cortos y/o de > diámetro y disminuyendo la caída de vacío en la medida de lo posible evitando tirabuzones. Si el tubo largo de leche y el de pulsación viajan juntos, estos se deberían de alinear correctamente. El  diámetro interno del tubo largo de leche no debería ser inferior a 16 mm desde el colector a la línea de conducción de leche.

-   Las boquillas de entrada de la leche en la conducción de forma oblicua y tangencial favorecen que el aire y la leche entre en la conducción en la dirección en la que circula el caudal hacia el receptor.

Con todo, las fluctuaciones de vacío en colector en el periodo de máximo flujo de leche del ordeño individual de vacas no deberían superar los 7 Kps en sistemas de ordeño en línea baja, ni los 10 Kps para sistemas de ordeño en línea alta, para una muestra representativa de vacas de alta producción.

PRUEBA DE RESERVA 

Aparte de comprobar la estabilidad de vacío en cada unidad de ordeño, es  muy útil realizar la prueba de reserva de vacío en condiciones de ordeño normal, donde hay puesta y retirada de pezoneras, posible resbalamiento de unidades y con los caudales de leche y aire presentes en la explotación. La caída de vacío en la conducción de leche no debe superar los 2 Kps al menos durante el 95% del periodo normal de ordeño, y la caída de una unidad de ordeño debe ser un suceso poco frecuente.

Para realizar la prueba de reserva registramos el nivel de vacío en el tubo largo de leche a la salida del colector de una unidad de ordeño colgada boca abajo en posición de ordeño y con tapones, o bien en una unidad en máximo flujo de ordeño real, mientras provocamos la entrada de aire por una unidad colgada boca abajo en posición de ordeño y sin tapones  en la línea de leche opuesta o contraria.

Para instalaciones con menos de 32 unidades, el vacío no debería caer más de 2 Kps con una unidad abierta, es decir, la bomba de vacío debería dar suficiente caudal de reserva de flujo de aire para hacer frente a la caída de una unidad de ordeño. Para instalaciones con más de 32 unidades de ordeño, la reserva de flujo de aire debería compensar la caída de  2 unidades sin que el vacío caiga más de 2 kps.

Aparte de una inapropiada ubicación del regulador, inadecuada producción y/o regulación del vacío, los factores que influyen en la capacidad  de evacuación de leche de una conducción son:

-   El diámetro interno de esa conducción.

-   El grado de pendiente descendiente hacia el receptor.

-   Las entradas de aire en su recorrido.

-   Si está o no cerrada en anillo.

-   Su longitud.

PEZONERA Y SISTEMA DE PULSACION

La integridad anatómica y funcional del esfínter del pezón es la principal defensa de la vaca contra nuevas infecciones intramamarias. La máquina de ordeño  influye directamente en el  nivel de exposición a patógenos causantes de mastitis por su efecto sobre la salud e integridad del conducto y piel del pezón. Esto no debe dejar lugar a dudas ya que la pezonera es la única parte de la instalación de ordeño que contacta con la vaca y en cuyo interior se produce el ordeño y sin embargo las normas ISO no establecen especificaciones para el calibre, tensión de montaje y longitud de los manguitos de las pezoneras, ni para el peso de la unidad de ordeño ni su alineado con la ubre. Estas características las determina el fabricante, con los juegos de ordeño que se ofertan en el mercado.

Cabe recordar que un pezón perfectamente estimulado y preparado para el ordeño es la parte protagonista para que todo este conjunto  funcione como un correcto engranaje. Para ello es necesaria una rutina de ordeño continuamente eficaz. Vamos a exponer a continuación como se desarrolla el ordeño en el interior de la pezonera.

En cada ciclo de pulsación se distinguen una fase de ordeño a+b, donde “a” es el tiempo de apertura de la pezonera y “b” es el tiempo que permanece totalmente abierta, y una fase de masaje c+d, donde “c” representa el cierre de la pezonera y “d” el tiempo que permanece totalmente cerrada. A la vez, durante estos tiempos se están produciendo cambios cíclicos de presión en la cámara de pulsación.  Al conectar el pulsador a la cámara de pulsación de la pezonera e incrementarse el nivel de vacío se producirá la apertura del manguito en la fase “a” del ciclo de pulsación. En la fase de ordeño a+b del ciclo de pulsación, el orificio del canal del pezón se abrirá paulatinamente y de igual forma se incrementará el flujo de leche hacia el exterior del pezón por la diferencia de presión entre su exterior  y el interior. El orificio del pezón se continúa abriendo si el nivel de vacío se incrementa, hasta el límite de elasticidad de la piel. Una importante medida es el nivel de vacío en punta de pezón durante la fase “b” de pulsación. Este vacío  es el que provoca la extracción de leche (ordeño), pero también provocará  la retención de líquidos circulantes por los tejidos de la pared del pezón (sangre y linfa), desarrollando fenómenos de congestión y edema que pueden disminuir el diámetro efectivo del canal del pezón, y por tanto reducir el flujo de leche. Un incremento del 5% en el grosor de la pared del pezón después del ordeño debe ser interpretado como una respuesta de los tejidos del pezón a la acción de la máquina de ordeño. El ciclo de pulsación se completa con la fase de masaje c+d, que ejerce una compresión lineal sobre el extremo del pezón para disminuir los efectos perjudiciales derivados de la exposición al vacío (congestión y edema) y que permite una nutrición y oxigenación del pezón.

Una pulsación efectiva se alcanza cuando la combinación de acciones del pulsador y la pezonera proporcionan un adecuado tiempo de ordeño al pezón, óptimos flujos de leche y ausencia de fenómenos de congestión y edema al final del ordeño.

La norma ISO para pulsación establece:

-   Una  variación máxima de 3 ciclos por minuto en la frecuencia de pulsación, de los valores dados por el instalador.

-   Una variación < 5% en la relación de ordeño-masaje entre los 2 canales de pulsación para sistemas con pulsación alternada (cojeo).

-   Una Fase B de al menos el 30% del ciclo de pulsación (300 milisegundos).

-   Una fase D de al menos el 15% del ciclo de pulsación (150 milisegundos).

Una pulsación más ajustada tendría una relación ordeño/masaje del 60% ó 65%, igual para cuarterones delanteros y traseros, una fase D de masaje  de al menos el 20% del ciclo de pulsación (200 milisegundos) y un rango de 55 a 60 pulsaciones por minuto.

La necesidad de  incrementar la velocidad de ordeño en vacas de alta producción para asegurar la utilización del pico de oxitocina  lleva consigo un mayor estrés del pezón y una menor eficacia de los mecanismos de defensa. ¿Cuál es el flujo máximo posible de la leche “aspirada” hacia la luz de la pezonera abierta? Si se prolonga  la duración de la fase B y se  mide  el flujo de leche a través del canal del pezón, este disminuye por el incremento de grosor de las paredes del canal del pezón a causa de la congestión y edema derivados de la exposición al vacío. Se ha comprobado que por encima de 42 Kps en punta de pezón no obtenemos mayor velocidad de ordeño ni mayor beneficio. Cuando el incremento en el grosor de la pared del pezón tras el ordeño es superior al 5%  hay una mayor tasa de infección de cuarterones.

El Club Internacional del Pezón define que la primera correlación con la hiperqueratosis (grados 3 y 4 de la puntuación o condición de pezones) es la duración del periodo de bajo flujo de leche (flujo de leche en ordeño menor a 1 l/minuto), junto a un relativo nivel alto de vacío al mismo tiempo. Puntuación de pezones en grado 3 y 4 no deberían aparecer en más del 20 % de los pezones.

Hay una relación directa entre hiperqueratosis y disconfor de ordeño:

-   Estrés aplicado por la pezonera y grado de compresión lineal (sobrepresión).

-   Duración del ordeño.

-   Bajos flujos de retirada o sobreordeño final.

-   Duración de este periodo de bajo flujo al final del ordeño.

Hay una relación directa entre los fenómenos de congestión y edema con:

-   Gran duración de la fase B.

-   Fase D insuficiente.

-   Mayor tiempo de ordeño.

-   Exposición a mayor vacío de ordeño relativo en ausencia de flujo de leche al final del ordeño.

 

La duración del ordeño y el grado inicial de hiperqueratosis tienen más influencia en la puntuación final de hiperqueratosis que el tipo de pezonera y la compresión lineal.

Un ordeño eficiente no depende solamente del sistema generador y regulador de vacío sino también del sistema de pulsación. Es necesario controlar e interpretar regularmente los parámetros de pulsación, y más dependiendo de la frecuencia de ordeño o cuando existe una amplia relación vacas/pulsador, caso de instalaciones de ordeño poco dimensionadas o cuando un pulsador alimenta a 2 ó más unidades de ordeño.

El testaje estático de unidades de ordeño mide las diferencias de presión en el espacio formado por la cámara de pulsación, los tubos cortos y largos de vacío y la llave de vacío. Por lo tanto, no solamente se contempla el reglaje, interpretación y correlación  de los parámetros de pulsación con la puntuación de pezones y los tiempos de ordeño sino la existencia de fugas de vacío que nos hagan peligrar la eficiencia del ordeño.

Las pezoneras se deben reemplazar según las recomendaciones del fabricante, cada 2500 ordeños  las de caucho y 5000 las de silicona. Con la carga de trabajo, el colapso en el mismo plano da lugar a una rugosidad interior formada por microporos  que permiten la colonización por bacterias, ofrecen dificultad para lograr una sanitización correcta en los ciclos de lavado y acelera los fenómenos de rotura longitudinal. El uso continuado por encima de su vida útil conduce al aplanamiento lateral y consecuentemente a un mayor grado de compresión lineal sobre el pezón que acelera la hiperqueratosis. Es importante también vigilar frecuentemente el alineado del manguito de la pezonera sobre el casquillo y la correcta tensión de montaje. La pezonera debe tener un  diámetro interno medio de 1-2 mm mayor que el diámetro medio de los pezones tras el ordeño y una  longitud suficiente para colapsar por debajo del pezón. (130 a 140 mm long y 20 a 24 mm de diámetro interno). Es recomendable usar los manguitos originales recomendados por el fabricante o instalador.

Una regla a seguir es que si el ordeño ha mejorado después de un cambio de pezoneras, entonces se deberían haber cambiado antes.

RETIRADORES AUTOMATICOS 

Los medidores de flujo asociados a los retiradores automáticos de pezoneras son un componente accesorio de la unidad de ordeño de uso común en las modernas instalaciones de ordeño. Su instalación “de fábrica” asegura en la mayoría de los casos el sobreordeño de pezones por bajos flujos de retirada. Por ello, la programación eficaz de los retiradores  automáticos se ha de hacer con el compromiso de una rutina de ordeño eficaz que rinda altos flujos de leche al inicio del ordeño, asegure el uso del pico de oxitocina y evite sobreordeños iniciales al inicio del ordeño.

Al situarse en el recorrido del tubo largo de leche, entre el colector y la conducción principal de leche o entre el colector y la boquilla de entrada de los medidores volumétricos para los sistemas de ordeño con depósito medidor, estos elementos suponen una restricción  al paso de aire y leche que incrementa la diferencia de vacío existente entre el colector y la línea de conducción o bien entre este y los medidores volumétricos en las máquinas de ordeño con depósito medidor. Se hace imprescindible utilizar el testaje dinámico para registrar los niveles de vacío en tiempo de ordeño y ajustar así un vacío de trabajo en regulador que garantice un nivel suficiente de vacío de ordeño en colector en condiciones de pico-flujo de leche.

BIBLIOGRAFIA

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